lunes, 12 de septiembre de 2011

Autoestima y Seguridad



La auto-estima, la propia imagen o la valoración y el aprecio por sí mismos, en los niños y menores, la formamos los padres y educadores, durante los primeros años de la vida y esta propia estima es nada menos que la base de su seguridad.

Los menores tienen un “banco emocional” que es receptáculo de los reconocimientos y estímulos de sus padres, así como de sus críticas y sanciones. Como nos dice Virginia Satir: todo esto es lo que permite tener una “olla llena o una olla vacía”, metafóricamente hablando sobre el estado anímico.

 

Nuestra cultura, desafortunadamente, nos ha llevado a marcar lo incorrecto como método educativo, y es así como erróneamente utilizamos el “no” en todo momento: no interrumpas, no corras, no grites, sin darles la alternativa positiva que sería “necesito silencio en este momento”, “camina”, “habla en voz baja”, etc.


También nos vemos calificando el ser del menor: eres desordenado, eres irrespetuoso, sin darnos cuenta que lo que observamos y deberíamos hacer notar es únicamente un comportamiento equivocado, o fuera de lugar.


Asimismo, por costumbre realmente nos olvidamos, o no tenemos conciencia, de reafirmar lo correcto, lo positivo. Deseamos enfatizar que al reafirmar lo positivo creamos en el niño y el joven el deseo de repetir esto mismo que le hemos hecho notar, porque de esta manera se siente amado y aceptado, se sabe reconocido, se sabe perteneciente.


La propuesta es adquirir la habilidad de reconocer a nuestros hijos y alumnos sus actitudes positivas o exitosas, e ir minimizando las críticas, las reprimendas y las sanciones, que únicamente los llevan a la repetición de estos mismos actos, ya que es de esta manera como ellos sienten que obtienen la atención de los adultos; esto es lo que los psicólogos califican como “llamadas de atención negativas”.


Pero me dirán ¿cómo podemos hacer esto? Pues bien, aquí unas sencillas bases de lo que llamaremos el reconocimiento o la alabanza descriptiva:


Una de las herramientas más útiles para reafirmar la autoestima de un niño, o de un joven, es reconocerle; reconocer sus actitudes positivas, sus actos, sus éxitos, sus logros (por pequeños que estos nos parezcan).  Lo que podemos hacer es describirles en forma apreciativa lo que vemos y sentimos, a fin de que ellos después de escucharnos se reconozcan y se califiquen como hábiles, útiles, inteligentes, ordenados, cariñosos, etc. 


Deseamos aclarar que no estamos calificando, ni hablando, del “ser” sino del “hacer”. No utilizaremos el verbo “ser” de ninguna manera. Y, algo sumamente importante también, no evaluaremos, solo describiremos:


1.       Describamos lo que vemos:

      Veo un cuarto ordenado… Veo una tarea terminada… Me doy cuenta el  esfuerzo que hiciste para lograr (tal cosa)… Observo que amarraste tus agujetas… ¡Lograste que la colcha cubriera la mayor parte de la cama!.... ¡La mayor parte de tus juguetes están en su lugar!


2.     Describamos los sentimientos:
           ¡Me da mucho gusto ver tu escritorio ordenado!.... ¡Que orgulloso te debes  sentir con este logro!... ¡Me gustan los colores que usaste en tu dibujo!.... ¡Estoy conmovida(o) por tu composición (por tu poema)!.... ¡Es un placer entrar a esta recámara!... ¡Tus abuelitos estuvieron felices con tus atenciones!


3.     El lenguaje no-verbal:

             Un gesto agradable, un guiño de ojos, un beso, una caricia, un “apapacho”…  Esto también es reconocer


4.  Los detalles invaluables:

             Un mensajito escrito, un “mail”, una “carita feliz” en su cuaderno, una flor en su cuarto… que les está diciendo “te noto, te reconozco, te aprecio”

 
A fin de lograr esta nueva actitud de dirigirnos a nuestros hijos y alumnos, lo único que es necesario es observarlos, escucharlos, y verlos con amor y después expresarles desde nuestro corazón lo que vemos y sentimos.


lunes, 18 de julio de 2011

“El impacto que la vida de los padres tiene sobre los hijos”

 SEGUNDA PARTE


El Perdón - Es muy necesario en nuestras vidas, más de lo que suponemos a veces. También tiene un costo de obtención: como un valor que si hacemos nuestro, se convierte en una virtud. Hay dos formas de vivir el perdón:

  • El perdonar es luchar por un futuro mejor, arreglando los problemas del pasado
  • Cuando curamos viejas heridas, reconociéndolas, aceptamos que lo sucedido no podemos cambiarlo y perdonamos la ofensa
  • El perdón, al igual que el amor, es una decisión: es algo que se regala, la merezca o no la otra persona

La Autoestima - Es una necesidad humana fundamental y desempeña un papel elemental en nuestra vida:

  • La autoestima es la confianza que tengo en mi capacidad de pensar
  • La confianza en mi derecho a triunfar y a ser feliz
  • En mi capacidad de enfrentarme a los desafíos básicos de la vida
  • El derecho a afirmar mis necesidades
  • El sentimiento de ser respetable
  • El aceptarme y el quererme

Hábitos

  • El niño/joven aprende de lo que ve, de lo que oye y de lo que siente
  • La unidad familiar requiere del apoyo de todos entre sí para convivir, dar y recibir amor, aprender de los otros y ayudar a cada uno a mejorar
  • Es importante que en el hogar haya amor, respeto y sobre todo buen ejemplo, con el fin de formarles buenos hábitos

Relaciones humanas y comunicación

  • La pareja es el modelo para los hijos de lo que son las relaciones humanas, de donde se derivan:
    • el sentimiento de seguridad de los hijos
    • la confianza, y
    • la audacia para aprender          
  • Luego, es necesario aprender:
    • Nuevas formas de relacionarnos
    • De escuchar
    • De pedir de manera adecuada lo que necesitamos

Autoridad - Ser autoridad quiere decir dar nuestras bases, no sobreproteger ni tampoco hacer hijos tiranos:

  • Función de la autoridad
    • La autoridad es un valor; no puede haber educación sin autoridad
    • Saber despertar el uso de la razón y de la voluntad
    • Despertar la conciencia del niño/joven para que se maneje correctamente más adelante
    • Los límites aplicados en todas las edades, dan seguridad a los hijos.
Para lograr todo esto:
¡La responsabilidad y la libertad deben ir de la mano!

    Modelos - Los padres son modelos para los hijos:

    • El ejemplo es el fundamento de la influencia: Lo que ven en nosotros habla más fuerte de lo que podamos decirles.
    • La forma de pensar y actuar de los padres será heredada por los hijos, algunas veces hasta la tercera y cuarta generación.
    • El rol que tenemos como padres, es la responsabilidad más importante, sagrada y espiritual.

    DESPUES DE REFLEXIONAR, Y A MANERA DE CONCLUSION:

    1.    Los patrones de conducta aprendidos de nuestros padres deben de ser seleccionados: hubo aspectos positivos que conviene repetir y aspectos negativos que es preferible no utilizar.

    2.    Recapacitar en nuestra labor educativa, analizando qué impide que nuestra manera de educar sea objetiva, o inclusive que mejore.


    3.    Aceptar que mi hij@ no piensa igual que yo, que no tiene las mismas aptitudes (profesionales, intelectuales, sociales, deportivas, etc.) que no es una extensión mía. 

    4.    Establecer una nueva comunicación con nuestros hijos y sobre todo aprender a escucharlos...


    5.    Revisar nuestra autoestima, la confianza que tenemos en nosotros mismos como padre/madre. Si nuestra autoestima es negativa, nos puede impedir la comunicación, ya que no se comunica bien quien no se estima a sí mismo. 


    6.    Tratar de vivir el valor del perdón, que nos traerá paz y nos liberará del rencor.


    Recordemos que un cambio de nuestro comportamiento y actitudes, traerá cambios en el de nuestros hijos.

    domingo, 10 de julio de 2011

    Como impacta nuestra vida sobre nuestros hijos

    Para Armando y Silvia

    Pues hace unos días, disfrutando de una deliciosa comida y una aún mejor compañía, en la amena conversación se abordaron temas de gran relevancia y siempre actuales: ¡nada menos que sobre padres e hijos!
    Comenté entonces sobre un taller con el título de este post, y me solicitaron escribir un poco sobre la materia. Lo haré de manera esquemática, muy esquemática diría yo... a reserva de abundar posteriormente en los puntos que se requieran. De esta manera tal vez logre uno de mis objetivos: hacer de este blog un sitio para compartir, discutir, enriquecer-nos...

    Pues bien, aquí dejo la
    PRIMERA PARTE



    “El impacto que la vida de los padres tiene sobre los hijos”
    El papel de padres siempre ha sido fascinante, controvertido, y muy difícil a la vez. Los padres luchamos por un futuro mejor para nuestros hijos, ¡eso es innegable! Sin embargo, solo realizando un gran esfuerzo en nuestro crecimiento personal podremos lograr una mayor madurez familiar. Hay que recordar que los hijos, de manera consciente pero también inconsciente, siguen el ejemplo de sus padres; de ahí proviene la importancia de analizar cómo somos, cómo nos comportamos y cómo nos desenvolvemos en la vida.
    A continuación expongo temas de reflexión, para después ahondar sobre ellos (cuando se requiera) y comentarlos también:
    DARME CUENTA - Necesito darme cuenta de cuál es la perspectiva que yo tengo del mundo actual y de qué es lo que verdaderamente quiero, sin dejarme llevar por lo que otros hagan, por estar a la moda, o simplemente por la inseguridad que tengo de no estar haciendo lo correcto.
    Y para darme cuenta de mi tipo de vida, es conveniente reflexionar en lo siguiente:
    Factores ocultos - Educamos a nuestros hijos a partir de nuestra historia de vida, como son:
    • Nuestra experiencia
    • Nuestra educación
    • Nuestras necesidades personales
    • Nuestros valores culturales....
    Y con estas varas medimos a cada uno de nuestros hijos, sin tomar en cuenta que ellos son personas diferentes, no una extensión nuestra.
    Inexperiencia - Es toda nuestra y generalmente esta se nos presenta con el primer hijo

    Seguimiento de NUESTROS patrones paternos - El adulto de forma consciente e inconsciente se comporta y educa a sus hijos como sus padres lo hacían. Algunos de estos estilos patógenos serían:
    • Los castigos
    • La exigencia
    • La complacencia
    • La sumisión
    • La indiferencia
    Creencias irracionales - Cuando surge un suceso, cada uno le da una interpretación según sus ideas y esto origina sentimientos encontrados. Los adultos nos manejamos por estas pautas y pretendemos a veces educar a los hijos con base en esto, pudiendo ser muy perjudicial para los chicos.

    Anhelos insatisfechos del pasado - A veces queremos realizarnos en nuestros hijos, así como satisfacer nuestras frustraciones a través de ellos:
    • Lo que YO no logré
    • Lo que YO no pude ser o hacer
    • Lo que me hubiera gustado ser, hacer o TENER
    Anhelos insatisfechos del presente - Muchas veces basamos la educación de nuestros hijos en la aceptación de los demás, siendo que lo importante es basarnos en lo que creemos que es correcto y lo mejor para ellos, sin espera que nos etiqueten como "buena madre", o "buen padre". Es necesario concientizarnos de que necesidades insatisfechas guardo dentro de mí y cómo afectan mi vida... luego la de mis hijos.

    Expectativas - Los padres tenemos expectativas de los hijos y esto no es bueno:
    • Expectativas demasiado altas: originan que los hijos duden de sus propias aptitudes y que su autoestima disminuya
    • Expectativas bajas: el niño/joven sentirá que no es suficientemente bueno y también su autoestima bajará
    Dependencia - La persona dependiente es la que ha dejado que el comportamiento de otra persona le afecte y está obsesionada por controlar el comportamiento de los demás. Cuando los padres dependientes aprenden a identificar sus propios sentimientos y a expresarlos, ayudan a sus hijos a hacer lo mismo y también a:
    • Hacerse responsables de sus propios asuntos
    • Resolver sus problemas
    • Asumir la consecuencia de sus decisiones y de sus actos
    Conflictos no resueltos - Son los problemas o necesidades que tenemos con alguien ajeno a nuestros hijos, pudiendo llegar a desquitarnos con ellos. Pueden ser de dos formas:
    • Conflictos no resueltos del pasado - Estos nos llevan a ser injustos con nuestros hijos, sin razón aparente. Buscando la causa en nuestro pasado y aceptándola, podremos cambiar nuestra actitud hacia el o los hijos.
    • Conflictos no resueltos del presente - Son problemas de la vida diaria que pueden ocupar nuestro pensamiento constantemente y ocasionarnos mal-estar. Es necesario tener la capacidad de saber manejar nuestras emociones y ubicar con quién es realmente el problema.
    Continuará en el siguiente post...
      

    domingo, 3 de julio de 2011

    ¿Y eso de Abi?

    Como esta es la primera entrada en mi blog, me siento impelida a explicar el apócope "Abi":

    Hace muchos años, cuando mis hijas ya eran mujeres, tenía yo un gran anhelo de ser abuela… pero una abuela de verdad, una de esas mujeres vitales y alegres que conviven, juegan y disfrutan con sus nietos, como yo no tuve una, ni mis hijas tampoco, desafortunadamente.

    En aquel entonces, tenía yo un kindergarten y Katia y Mayra -mis hijas- me decían que ya tenía muchos nietos, o sea mis alumnitos, que con ellos debía bastarme.

    Con el pasar del tiempo, mi deseo se hizo realidad, el 12 de agosto de 2006, nació Alan, mi adorado primer nieto. Y el 14 de noviembre de 2009 nacio nada menos que "nuestra princesa", mi linda segunda nieta Ana Karen. De ellos escribiré mucho y pronto, estoy segura, pero ahora prosigo con mi explicación:

    Abuela es el nombre correcto; sin embargo, a mí me sonaba un poco fuerte. Abuelita, aunque tierno y delicado, me refería a una persona mayor -¡muy mayor!- sin gran personalidad, un tanto oculta y no actualizada... lo que no me reflejaba a mí del todo.

    Por eso invente "Abi", que sería una mezcla de abuela y abuelita, y un vocablo de fácil pronunciación para mis nietos.

    Entonces será esta Abi la que cuente sobre sus peripecias de ser abuela y muchas más cosas sobre la vida...